Tú no eres una persona y la vida otra.
Eso es un concepto, creado por el pensamiento.
Un concepto no define quien eres.
Por el contrario, lo distorsiona convirtiendo
tu identidad natural en una imagen ficticia y superficial.
Tú eres la vida en unidad con ella misma.
Ahí no hay separación.
Cuando digo, tú eres la vida, es también un pensamiento.
Sin embargo, tenemos que usarlo para comunicarnos
sana e inteligentemente.
El pensamiento en si estimula esa dualidad.
Causando una situación neurótica en el ser humano.
La existencia es un movimiento orgánico y unitario.
Es el estado natural de la existencia.
Tú podrás decir, eso es estúpido, no tiene sentido.
Esa afirmación es una reacción.
Y toda reacción es un pensamiento.
Porque nace de otro pensamiento.
¿Lo puede ver?
Estamos acostumbrados a pensar en dualidad.
Por lo tanto, incapaces de ver la vida tal cómo es.
Usamos una estructura lógica para experimentar la vida,
creando división y por consiguiente violencia.
Todo pensamiento es una armadura protectora que utilizamos,
para protegernos del movimiento unitario de la vida.
Tenemos miedo de que se rompan las fronteras creadas
por nuestra lógica y descubrir su movimiento natural
y caer en ella.
El pensamiento para el hombre, es más importante con lo cual se pierde en el abismo y sombra de su propia existencia.
Con ese mismo pensamiento pretende ser superior al resto
de la existencia, aferrándose firmemente en una “burbuja”
llamado, mente.
La estructura mental del hombre y su marco psicológico actual es limitado, pero la vida no lo es.
Es por eso que la estructura natural de la vida es libertad.
Y es completamente ignorante acerca de lo que piensas de ella.
Cuando ves la vida en dualidad, te encierras en el pensamiento.
Por lo tanto, no eres libre de ver lo que es.
El pensamiento es el obstaculo del reencuentro contigo mismo,
alejandote de tu propia naturaleza existencial.
Tú eres una manifestacion de la vida y no un pensamiento.
