El odio, la ira, los celos, los resentimientos, la envidia,
y todo lo que tú construyes en tu mente es tu creación.
No van dirigido a nadie más que a ti mismo.
Te estás envenenando poco a poco y no te das cuenta.
Tu drama psicológico no tiene nada que ver con nadie.
Solo tiene que ver contigo mismo.
Estás atrapado en ese drama ficticio creado por ti.
Alimentando veneno desde adentro.
No culpes a nadie, es tu creación.
Tú crees que odias o estás molesto con alguien.
Piensas que lo estás castigando por lo que dijo o hizo.
Tú dices, cómo odio a ese tipo, no lo soporto, me cae mal, etc.
Recuerda, todo lo que siembras en tu mente te pertenece.
Esa basura es tuya y no de nadie más.
Ahí afuera no hay nadie, todo está en tu mente.
Ya, sean tus pensamientos o emociones, no importa.
Es tu creación y piensas que alguien es el culpable.
¿No te es familiar?
Ten cuidado, tú te estás envenenando.
Mientras tú estás construyendo una imagen de enojo en ti.
Ese alguien a quien diriges tu odio está gozando la vida.
Baila, ríe, salta, se divierte, no importando lo que pasa contigo.
Mientras tú estás hirviendo de rabia por dentro.
Te estás envenenando lentamente.
Tú sufres las consecuencias de tu propia ignorancia.
Tú creas tu tragedia y quieres que otros te lo resuelvan.
No trates de controlar.
La vida no funciona así.
No pienses que estás castigando a alguien.
Te estás castigando a ti mismo
Tu vida no esta para ser desperdiciada de esa manera.
No juegues con eso o lo pagaras muy caro.
Cuida tu mente, y al hacerlo, estarás cuidando tu cuerpo.
Acuerdate que todo lo que sucede en tu mente afecta tu cuerpo.
No lo maltrates, no te arriesgues de esa manera.
El no te ha hecho nada.
El está allí 100% para ayudarte, no para castigarte.
Veneralo, es tu templo.
Sé consciente de ello, es todo lo que tienes.
Si quieres vivir mentalmente sano y en paz, cuídalo.
Haz que tu mente trabaje para ti y no en contra tuya.
Nada, ni nadie, ni siquiera tu mismo con tus pensamientos
puedes quebrantar esa paz interior que existe en ti.
La vida no es control, sino aceptación.
Pero si quieres seguir jugando.
Te lo aseguro, perderás.
Sin embargo, es tu decisión, pero no culpes a nadie.
