Primeramente, no sabemos lo que es el pensamiento.
Si decimos que el pensamiento es este u lo otro.
Nos referimos a un concepto o a una definición.
Por lo tanto, también, otro pensamiento.
Sin embargo, usamos el pensamiento para comprender,
recordar o lograr algo.
Todo lo que sabemos fue inculcado en nosotros
por la sociedad donde nacimos y crecimos.
Básicamente mediante la educación.
Lo que llamamos conocimientos, son informaciones dados
a nosotros por la sociedad y son guardados como datos
en la mente como memoria, con lo cual experimentamos
nuestra existencia humana.
¿No hacemos lo mismo cuando creamos una computadora?
Por consiguiente, nos hemos convertido en una máquina computarizada, y todo lo que sale de ahí es la programación.
Ahí, no hay nada que nos pertenezca.
Nada es tuyo ni mío, es una programación universal.
Con informaciones intelectuales, culturales y morales.
Con ese programa pretendemos saber todo.
Esos conocimientos son informaciones externas
con lo cual hacemos razonamientos lógicos,
para lograr lo que pensamos deberíamos lograr.
Somos seres orgánicos, atados superficialmente
con ideas, con lo cual pensamos saber lo que es.
No somos creadores, sino receptores de informaciones.
Pensamos que lo somos, pero no es así.
La única manera de usar el pensamiento es cuando
estamos conscientes del objeto del pensamiento.
De otra manera no sabríamos si estamos pensando.
El objeto es la causa que se manifieste el pensamiento.
Lo que sabemos del objeto es el conocimiento.
Pienso, luego existo.
Existo, luego pienso.
Pensar, es razonar.
Razonar es pensar.
Cualquier reacción, es otro pensamiento.
Vivimos en un mundo de ideas.