Los seres humanos estamos pasando por tiempos muy difíciles que no necesariamente debemos tomarlo como una calamidad sin solución, sino más bien de aceptación para enfrentar unidos a los vaivenes que la vida nos ofrece.
Estos son los momentos de reflexión que llaman a la superación de nuestras diferencias y limitaciones para confrontar estos desafíos dolorosos con amor y compasión buscando la solución en comunidad.
Debemos aceptar la vida tal cómo es y no enfrentarnos a ella con arrogancia. Nuestro trabajo es seguir su curso con humildad y respeto sin pretender ser más que ella.
Recuerda somos parte de la existencia y no aislados de ella. Somos una unidad íntimamente ligadas por la vida. Desafortunadamente, vivimos separados por las ideas.
Sin embargo, es alentador ver que en tiempos difíciles como el que estamos experimentando, el ser humano manifiesta lo que muy dentro de cada uno existe. Olvidando por un momento todas las confrontaciones estúpidas e insensatas a lo que estamos acostumbrados.
Me pregunto: ¿Por qué solo en tiempos difíciles emerge al exterior, lo que realmente somos interiormente? ¿Por qué tiene que suceder algo para recién darnos cuenta quienes somos?
Tengo la seguridad que muchos de los seres humanos se darán cuenta en estos momentos que vivir en paz, con amor y armonía, es más satisfactorio que vivir divididos y llenos de violencia.
Ten presente de que la vida es una sola y corta. Somos como una pequeña burbuja en la inmensidad del universo.
Aprendamos a vivir unidos como en familia, ya que esta es nuestra casa. Aceptémonos con nuestras limitaciones y diferencias. Es la única manera de poder vencer todas las dificultades que se nos presente en nuestra experiencia humana.
